Tras dos años muy intensos llenos de grandes problemáticas a nivel mundial que han supuesto grandes turbulencias en los mercados y a pesar de que en algunas categorías de compras parece que los mercados se normalizan, 2023 se presenta como un año lleno de incertidumbre en el que la función de compras necesita jugar un papel crucial dentro de las empresas en un escenario marcado por la continua falta de determinados suministros vitales para varias industrias y una situación de crisis económica creciente.
En el primer episodio de nuestro podcast “Líderes de compras” quisimos repasar con Luis Vega, profesional y profesor de compras, cuáles eran los principales retos de la función de compras para 2023. El resultado fue una charla muy amena en la que Luis planteó 5 principales retos que hemos querido resumir en este artículo.
Sin mucho más que añadir, estos son los 5 retos que creemos que la mayoría de responsables de compras enfrentarán de una u otra forma en 2023.
Tabla de contenidos
ToggleReto #1 – Garantizar el suministro
Aunque parece que la cadena de suministro está empezando a estabilizarse, hemos visto que ha habido disrupciones importantes y todavía existe escasez de materiales y productos en muchos mercados. Tras una aparente normalización en la situación del Covid en China, sigue habiendo escasez de materiales y productos como semicondutores, por lo que la re-geocalizacion de las cadenas de sumistro es un hecho y, aunque los fletes han bajado a precios más razonables, todavía sigue habiendo problemas. Por otra parte, seguimos en sequía, lo que posiblemente afectará a las cosechas, (se ven lineales en UK vacíos de frutas y verduras con restricciones a los consumidores). Y, por supuesto, la guerra en Ucrania sigue y va a seguir teniendo grandes implicaciones para las industrias europeas, ya que la OTAN parece más interesada en suministrar armamento a uno de los bandos implicados que en trabajar para facilitar un alto el fuego.
Toda esta situación ha hecho que los compradores hayan perdido gran parte de su poder de negociación debido a que la oferta ha dejado de ser mayor que la demanda en muchísimos mercados. El primer reto que tienen los compradores para 2023 es, por tanto, el ser capaces de garantizar el suministro.
Una tendencia que puede influir en este sentido es la desglobalización, que va a hacer que muchas empresas trasladen su producción a países más cercanos para evitar aranceles y dificultades de suministro. Obviamente, esto supondrá con mucha probabilidad un incremento de costes. Será necesario, por tanto, acostumbrarse a subidas de precios en 2023. En definitiva, la premisa de que el suministro estaba garantizado y lo único que debía hacer el comprador era garantizar los precios parece que no se va a dar en 2023 y parte importante de la función de compras va a ser, sin duda, garantizar el suministro aunque esto suponga un aumento de costes. Será necesario, por tanto, buscar nuevas estrategias que vayan más allá de negociar precios.
Reto #2 – Gestión estratégica con proveedores
Ahora que muchos mercados han cambiado y que, en muchos casos, la oferta es escasa, es imprescindible mantener relaciones a largo plazo con gran parte de nuestros proveedores, convirtiéndolos en socios que nos ayuden a garantizar el suministro.
En 2023 se hace necesario, por tanto, un enfoque en que busquemos conseguir mejoras en costes y generar innovación, en vez de tener una relación puramente transaccional con los proveedores. Ya no basta con buscar el mejor precio en el mercado, sino que es necesario crear relaciones estratégicas en las que el proveedor nos ayude a conseguir nuestros objetivos, puesto que los precios no van a bajar simplemente planteando un escenario competitivo entre proveedores.
Es importante tener en cuenta que no hay una estrategia única y que habrá que establecer una buena gestión por categorías que se adapte a la situación de cada mercado. No obstante, la tendencia en la mayoría de mercados será ir hacia un enfoque de gestión estratégica con proveedores. De esta forma podremos tener el suministro garantizado y establecer planes de contingencia ante cualquier tipo de evento, ya sea una pandemia, problemas logísticos, un escenario de subidas de precios de las materias primas o cualquier shock que pueda producirse en el mercado. A través de alianzas estratégicas, podemos analizar todos los costes a lo largo de la cadena de suministro y ver cómo podemos reducirlos conjuntamente para que ambas partes salgamos beneficiadas. Un reto importante, porque necesita de un cambio de mentalidad de muchos compradores que todavía no saben ver a sus proveedores como aliados y requiere de unas habilidades que muchos proveedores todavía no tienen como, por ejemplo, el trabajo en equipo, el análisis de costes, la mejora continua o la gestión del cambio.
Reto #3 – Atracción y desarrollo del talento
Como hemos visto en el reto anterior, la gestión estratégica con proveedores va a ser clave en 2023 y esto va a hacer que el perfil del comprador tenga que cambiar. De hecho, ya está cambiando. Los departamentos de compras ya no necesitan a alguien que simplemente gestione un pool de proveedores, lance RFQs y haga comparativas, sino que tiene que tener un conocimiento más exhaustivo de la cadena de suministro, conocimientos de mejora continua y, sobre todo, tiene que desarrollar una serie de habilidades “blandas” como son el liderazgo, la capacidad analítica y el trabajo en equipo. Lamentablemente, ese tipo de habilidades no son habituales en muchos compradores.
En este sentido, un gran reto para las organizaciones va a ser el aumentar su capacidad para atraer, retener y desarrollar a los mejores profesionales en el área de compras y saber cómo aprovechar al máximo su potencial.
Para conseguirlo, uno de los principales cambios que debe darse es el de las políticas retributivas. Las empresas deben entender que necesitarán ofrecer salarios acordes a un nuevo perfil de comprador mucho más preparado y que pueda aportar un mayor valor. Para contar con un departamento de compras estratégico que haga a la empresa más competitiva y dé un mejor servicio a los clientes internos, se debe realizar una inversión mayor a nivel retributivo. Unido a esto, la formación y capacitación del personal de compras juega también un papel importante. La mayoría de los compradores son autodidactas y, como mucho, han aprendido de otros compradores. Formarse en metodologías de compras y desarrollarse en habilidades blandas es clave tanto para los profesionales como para sus empresas.
Reto #4 – Digitalización del área de compras
Muchos compradores nos siguen confesando que las principales herramientas que utilizan son el ERP y las hojas de cálculo. A modo de ejemplo, Microsoft Excel es una herramienta que nació en los años 80 y muchos departamentos de compras siguen usándola como herramienta principal. Sin embargo, actualmente es impensable tener una función de compras avanzada sin contar con sistemas de información también avanzados. Ni siquiera la pequeña y mediana empresa puede permitirse ya el no estar digitalizada si quiere competir en igualdad de condiciones. Los sistemas de información ya no están reservados a las grandes empresas.
En este sentido, la gestión de compras tiene que estar bien soportada por sistemas de información que optimicen la parte transaccional del ciclo pedido-recepción-factura y liberen los recursos para la parte estratégica de la compra: decidir qué vas a comprar, saber lo que ofrece el mercado, identificar el proveedor adecuado y llegar a un acuerdo con él. Contar con tecnologías que cubran todo el ciclo, desde el presupuesto hasta el pago es fundamental. La automatización de tareas repetitivas y tediosas debería dejarse en manos de la tecnología y este año ofrece la posibilidad de dar un paso adelante a muchas empresas que quieran sacar el máximo partido a la función de compras. No tendría sentido contar con un departamento de compras con profesionales cada vez mejor formados y con mejores habilidades que, sin embargo, no dispongan de las mejores tecnologías para poder centrarse en aportar valor estratégico al negocio.
Reto #5 – Responsabilidad Social Corporativa
La llamada ESG (Medio Ambiente, Sociedad y Gobierno por sus siglas en inglés) está en boca de todos y 2023 ofrece una gran oportunidad para que el departamento de compras participe en la mejora de estos aspectos en la empresa.
Ciertamente, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no sale gratis. Implantar medidas de mejora del impacto medioambiental, social y de buen gobierno suele costar más dinero y es necesario entender si la RSC forma parte de la estrategia de la empresa, porque no siempre es posible soportar el encarecimiento de suministros que puede provocar este tipo de medidas. Sin embargo, en un escenario de grandes retos medioambientales y sociales como los que nos encontramos, consideramos que todos los departamentos deberían como mínimo plantearse este tipo de medidas dentro de sus políticas de compras. Puede que ser socialmente responsable sea más caro, pero es necesario caminar en esa dirección. No sólo porque el consumidor esté cada vez más informado y decida teniendo en cuenta la RSC como parámetro sino porque el planeta y la ética lo requiere.
Foto de Dominik Lückmann en Unsplash